jueves, 15 de septiembre de 2011

El chocolate amargo es "tan bueno" como el ejercicio

Los científicos centraron su investigación en la mitocondria, el "motor" de las células encargado de generar la energía necesaria para la actividad celular

Mujer come chocolate oscuro
Sorprendida con el chocolate en las manos ...

bbc
Científicos en Estados Unidos descubrieron que un compuesto que contiene el chocolate amargo puede ofrecer beneficios a la salud similares a los que provoca el ejercicio.

El estudio en ratones mostró que la epicatechina, un tipo de sustancia antioxidante que se encuentra en grandes cantidades en el cacao y el chocolate amargo, parece estimular la misma respuesta en las células que la actividad vigorosa.

Los científicos de la Universidad de Wayne State, en Detroit, centraron su investigación en la mitocondria, el "motor" de las células encargado de generar la energía necesaria para la actividad celular.

"Más mitocondrias significa que puede producirse más energía y puede llevarse a cabo más actividad" explica el doctor Moh Malek, quien dirigió el estudio.

"Se sabe que el ejercicio aeróbico, como correr o andar en bicicleta, incrementa el número de mitocondrias en las células musculares".

"Nuestro estudio encontró que la epicatechina parece producir la misma respuesta, particularmente en el corazón y los músculos esqueléticos" agrega el investigador.

Tal como explican los científicos en Journal of Physiology (Revista de Fisiología), durante el ejercicio el rendimiento de los músculos y esqueleto dependen en gran parte de la forma como las células utilizan el oxígeno y otros nutrientes para generar energía.

El ejercicio y el entrenamiento regular incrementan esta capacidad de metabolismo celular y esto no sólo mejora el rendimiento físico del individuo sino también está asociado a un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas.

Estudios pasados han sugerido que los compuestos flavonoides, como la epicatechina, pueden mejorar la función del músculo cardíaco y estimular la circulación de oxígeno en el organismo.

Para comprobar si el compuesto podría tener efectos similares que el ejercicio, el doctor Moh Malek y su equipo llevaron a cabo experimentos con tres grupos de ratones.

Beneficios

El primer grupo fue alimentado dos veces al día durante 15 días con un tipo específico de epicatechina que se encuentra en el chocolate amargo.

El segundo grupo también recibió la misma dosis de epicatechina pero además se le sometió a 30 minutos de actividad física en la rueda de ejercicio.

Y el tercer grupo no recibió epicatechina pero fue sometido a la rutina de actividad física diaria.

Todos los animales tenían 12 meses de edad, el equivalente a humanos de mediana edad.

Los investigadores encontraron que los animales que sólo recibieron la epicahtechina mostraron los mismos beneficios musculares y celulares que los que habían llevado a cabo la rutina física durante 15 días sin consumir la epicatechina.

Estos beneficios fueron un mayor número de vasos capilares en los músculos de las patas traseras y una mayor cantidad de mitocondria muscular.

Además, tal como explica el doctor Malek, "los animales del segundo grupo, que comieron el compuesto y se ejercitaron, mostraron mejoras mayores en estos beneficios que permitieron a los animales ejercitarse durante períodos más largos".

"Lo cual sugiere que un tratamiento de epicatechina combinado con ejercicio podría ser una herramienta viable para retrasar la aparición del envejecimiento muscular", señala el científico.

Los científicos subrayan, sin embargo, que todavía habrá que llevar a cabo muchos más estudios para ver si estos resultados pueden aplicarse también en los seres humanos.

Guía para detectar ladrones callejeros

Robo de celular, muy común

En las grandes ciudades los robos callejeros son frecuentes. Las estrategias para realizarlos son similares en casi todo el mundo. A continuación algunas de ellas.

Los carteristas abundan en toda gran ciudad. BBC Mundo le ofrece una guía con las técnicas más usadas por estos artistas del robo .

Los carteristas son moneda corriente en todas las grandes ciudades del mundo. Algunas como Londres, Madrid y Río de Janeiro suelen ser los escenarios más frecuentes de robos de billeteras, en muchos casos perpetrados por ingeniosos ladrones, verdaderos artistas del engaño.

La policía londinense alerta continuamente a los turistas sobre estos profesionales del robo. Recientemente, el dramaturgo británico Alan Bennet fue presa de uno de ellos mientras llevaba en el bolsillo su billetera, con 1.500 libras en efectivo (unos US$2.200).

De repente un transeúnte le volcó helado en su abrigo, "sin querer". Mientras le ayudaba a limpiarlo, la billetera desapareció.

En Madrid, el Partido Socialista (PSOE) señaló esta semana que los carteristas se han convertido en una "epidemia" y que actúan en el centro de la ciudad en "bandas organizadas" en las que "cada miembro juega un papel muy definido a la hora de cometer el robo".

En Barcelona abundan los robos al llamado estilo "Ronaldinho". Esta modalidad consiste en abordar a alguien con comentarios futbolísticos o simulando tener una pelota y en el desconcierto robarle la cartera.

A continuación, una pequeña lista con algunas de las tretas más frecuentes.

1. Lanzar el chorro

Un clásico de todos los tiempos. Es la que sufrió el dramaturgo británico. Un chorro de helado, mostaza, ketchup o incluso una falsa caca de pájaro manchan accidentalmente la ropa de la víctima.

El carterista, supuestamente avergonzado, intenta reparar el error y limpiarle la mancha o darle una servilleta.

Como toda buena estafa, se trata de crear el momento apropiado, según explica Paul Wilson, parte del equipo del programa de la BBC "Real Hustle" ("el verdadero chanchullo"), que ha puesto en práctica las técnicas más clásicas para verificar su eficacia.

Los ladrones, explica Wilson, generan una situación en la que puedan acercarse a uno y tenerlo distraído por unos segundos, suficientes para dar el golpe.

La mejor forma de protegerse es estar al tanto de estas técnicas, asegura el experto, e identificar las situaciones en las que uno es vulnerable.

2. La foto

Otra técnica de distracción. Una pareja le pide a la víctima que le tome una foto. Acto seguido, comienza a explicarle cómo funciona la cámara. Mientras el desprevenido los escucha, un tercero le quita la billetera.

El ingenuo incluso puede apoyar su bolso o cartera en el suelo para tomar la foto. No es necesario aclarar que cuando termine de tomar la foto, el bulto habrá desaparecido.

El engaño puede continuar: supuestamente agobiados, los fotografiados pretenden ayudar a la víctima y le piden los datos bancarios: número de tarjeta, clave, para llamar al banco y cancelar las tarjetas. Pero la persona del otro lado de la línea no es un empleado del banco, sino un cómplice que toma nota de los datos.

"Todo es cuestión de aprovechar la reacción de las personas ante un robo", explica Wilson. "Sus emociones van cambiando rápidamente y sienten que precisan ayuda. No se detienen a pensar en lo que están haciendo".

3. La escalera mecánica

Uno va por la escalera mecánica de la estación de metro o tren o en un centro comercial, y de repente a la persona que va delante se le caen algunas monedas. Se apura a recogerlas antes de llegar a destino, y uno intenta ayudarlo.

En el tumulto, un cómplice se encarga del resto: billetera, celular o lo que esté a mano.

"Los buenos robos existen desde hace siglos. Simplemente los reinventan y recrean según el mundo va cambiando", analiza Wilson.

4. El cajero

Usted puede sentirse en alerta, pero los ladrones son muy inteligentes. En el cajero, pulsa cautelosamente los cuatro números de su clave y el importe que desea.

De repente, alguien le toca el hombro y le pregunta si ese billete que está en el suelo se le cayó a usted. Usted mira el billete, impresionado por la honestidad del desconocido, y le dice al ladrón que no es suyo.

Cuando vuelve a mirar el cajero, el dinero está pero la tarjeta no. Un cómplice del desconocido la ha tomado. Para cuando usted nota lo que ocurrió, el ladrón ya está lejos, ha memorizado su clave (que espió mientras estaba detrás suyo) y en cuestión de segundos estará junto a su cómplice en otro cajero, extrayendo su dinero.

Los ladrones más expertos son buenos psicólogos y saben usar la presión social –en este caso, la de la cola del cajero automático- para distraer a sus víctimas.

5. El buen samaritano

"A la mayoría de la gente le da gusto ayudar a alguien. Nos hace sentir bien con nosotros mismos, y los artistas del robo cuentan con eso", advierte Wilson.

Es por eso que un pedido de ayuda suele dar buenos resultados.

En el programa de la BBC "Real Hustle", un miembro del equipo vestido de empresario interceptaba a los transeúntes y, compungido, les explicaba que le acababan de robar el portafolios. Pedía una pequeña suma de dinero y la tarjeta personal de las personas para luego devolverles el dinero.

En una hora, hizo más de 50 libras (US$75).

"A todos nos reconforta dar una mano, y si la persona se parece a nosotros, sentimos empatía. Lo que diferencia a un artista de la estafa de un simple carterista es que e+n vez de tomar el dinero directamente lo pide, y uno suele dárselo", resume Wilson.
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